Reivindicando a Mileva
Marić
Reivindicando Mileva Marić coautora de los artículos del Annus mirabilis de
Albert Einstein que fueron enviados a la
revista Annalen der Physik
Mileva Marić, nació en 1875 en Titel, una ciudad en la región de
Vojvodina, que en la época pertenecía al imperio austrohúngaro (en la
actualidad a Serbia), época en la que las mujeres tenían vetado el acceso a
muchas instituciones, incluyéndose entre ellas algunas de enseñanza donde los
hombres eran los únicos permitidos. Su padre de Mileva solicitó una serie de
permisos especiales para que su hija pudiese cursar estudios en estos centros;
y que por inteligencia y su espíritu combativo influyó enormemente el gran
intelecto que poseía.
Tuvo que soportar un duro examen (por su condición
de mujer) para Ingresar en 1896 en el Instituto Politécnico Federal de Zúrich, demostrando
su gran intelecto y era la única mujer de su clase, cursando física y
matemáticas. Señalan que Mileva impresionaba a sus compañeros por su velocidad
mental y la facilidad con la que planteaba diversas soluciones a los problemas
matemáticos que los profesores les planteaban. Con Albert Einstein la amistad
fue la más especial le ayudaba en las áreas que flaqueaba, le dio clases de
matemáticas y al final se enamoraron.
Einstein era un excelente físico, de gran
inteligencia pero las matemáticas no eran su punto fuerte, sus teorías
científicas exigía un lenguaje
matemático. Y su mujer Mileva era una excelente
matemática, además de física, poniendo a prueba sus teorías, corrigiéndolas. Algunos llegan a firmar que Mileva se encargó de adaptar las mismas al
lenguaje matemático exigido en la época, de modo que Albert pudo presentar sus
teorías.
En 1905,annus mirabilis de Albert Einstein: publicó
cinco artículos, dos de ellos aplican el análisis estadístico a la mecánica
clásica para estudiar el comportamiento de las moléculas en un líquido. En otro
artículo, Einstein presenta una modificación de los fundamentos de la mecánica
clásica, nacida de los trabajos de Galileo y Newton; y a partir de los aportes
de James C. Maxwell y Henrik Lorentz. El cuarto artículo es un corolario del
anterior, en donde Einstein obtiene su famosa fórmula de la equivalencia entre
la masa y la energía. El resultado de estos dos últimos artículos es lo que los
contemporáneos de Einstein comenzaron a llamar "teoría especial de la
relatividad”. El quinto artículo propone como hipótesis que la luz tiene
estructura granulada (o cuántica) y es el único que Einstein calificó en aquel
momento de "revolucionario". Con esta hipótesis -hoy considerada
central en la construcción de la física cuántica- Einstein logró una
explicación satisfactoria del llamado efecto fotoeléctrico. Por este aporte
recibiría el premio Nobel en el año 1921. A semejanza de la de Newton, esta
proeza intelectual ha motivado que los historiadores hablaran de 1905 como del
annus mirabilis de Einstein.
En esta
época, Einstein se refería con amor a su mujer Mileva como «una persona que es mi igual
y tan fuerte e independiente como yo». Abram Joffe, en su biografía de Einstein,
argumenta que durante este periodo fue ayudado en sus investigaciones por Mileva Marić.
Mileva Marić y Albert
Einstein
Los
padres de Einstein siempre se opusieron al matrimonio, hasta que en 1902 su
padre cayó enfermo de muerte y consintió. Mas su madre nunca se resignó: “Albert
no te puedes casar con un libro. Necesitas una magnífica alemana que cuide de
tu casa, de tus hijos, del hogar. No te puedes casar con alguien que sólo se
dedica a estudiar.” Mileva dejó los estudios para centrarse en la familia; dejando
una brillante carrera. Alguien tenía que cuidar a los niños,
especialmente a uno que padecía trastornos mentales graves; alguien tenía que
lavar y preparar la comida, y ése fue el papel que Einstein y la sociedad
patriarcal asignaron a Mileva, quien subordinó todas sus aspiraciones a los
objetivos de él, puso todos sus conocimientos a su servicio, pero a
pesar de ello con el tiempo la relación se tornó
disfuncional y Einstein se
alejó de su esposa.
Mileva Marić con sus
hijos Hans Albert y Eduard
Albert Einstein le puso por
escrito ciertas “reglas de conducta” que
humillaban totalmente a su esposa Mileva Marić:
“A. Te encargarás de que: 1. mi ropa esté en orden, 2. que se me sirvan tres comidas regulares al día en mi habitación, 3. que mi dormitorio y mi estudio estén siempre en orden y que mi escritorio no sea tocado por nadie, excepto yo.
“A. Te encargarás de que: 1. mi ropa esté en orden, 2. que se me sirvan tres comidas regulares al día en mi habitación, 3. que mi dormitorio y mi estudio estén siempre en orden y que mi escritorio no sea tocado por nadie, excepto yo.
B. Renunciarás a tus relaciones
personales conmigo, excepto cuando éstas se requieran por apariencias sociales.
En especial no solicitarás que: 1. me siente junto a ti en casa, 2. que salga o
viaje contigo.
C. Prometerás explícitamente observar
los siguientes puntos cuanto estés en contacto conmigo: 1. no deberás esperar
ninguna muestra de afecto mía ni me reprocharás por ello, 2. deberás responder
de inmediato cuando te hable, 3. deberás abandonar de inmediato el dormitorio o
el estudio y sin protestar cuanto te lo diga.
D. Prometerás no denigrarme a los ojos
de los niños, ya sea de palabra o de hecho.”
Al final, la pareja dejó de vivir juntos en 1914,
haciéndose oficial su divorcio en 1919. Se ha dicho que en esto influyeron los
escarceos amorosos de Albert, siendo el principal de ellos con Elsa, una prima
suya con la que acabaría casándose.
Albert Einstein estaba convencido de
que “muy pocas mujeres son creativas. No enviaría a mi hija a estudiar física.
Estoy contento de que mi segunda mujer no sepa nada de ciencia”. Decía también
que “la ciencia agría a las mujeres”, de ahí la opinión que le merecía Marie
Curie: “nunca ha escuchado cantar a los pájaros”. Y se atrevió acuñar una frase: “¡Triste época la nuestra!
Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio”.
Mileva Marić en Serbia.
Se le añadió una venda símbolo de la tragedia que había vivido.
La doctora
en Ciencias Químicas, Esther Rubio Herráez en su libro Mileva-Einstein Maric
¿por qué en la sombra?, Harris asegura que la teoría especial de la relatividad
formulada en 1905, que constituye el inicio de la general elaborada en 1916, se
basa en "la tesis que Mileva escribió y presentó a la supervisión del
profesor Weber, cuando estudiaba en la Escuela Politécnica de Zúrich". Explica
Rubio Herráez. Según aquellos que defienden la coautoría de Mileva, seguirán
siendo compañeros intelectuales y unos años más tarde verán la luz los tres
artículos que hicieron mundialmente famoso a Einstein. "A partir de
entonces la carrera del físico nunca será tan brillante", matiza la investigadora.
En efecto los años más creativos de Einstein fueron aquellos en los que
compartió sus investigaciones con Mileva y partir de los años veinte del siglo pasado
Einstein, volvió a enfrascarse en sus investigaciones, del que nunca salió nada
de interés.
AVE